Última actualización: 11 de Noviembre de 2024
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RESUMEN DEL COMENTARIO:
La lactancia materna es la mejor opcíon y la forma de alimentación más segura en situación de guerra.
Durante las emergencias, incluidos los desastres naturales y los conflictos armados, la lactancia materna es de vital importancia. La lactancia materna proporciona una nutrición fiable y protección contra las enfermedades infecciosas, sin necesidad de agua potable, utensilios de alimentación, electricidad o suministros externos.(ABM 2024)
La guerra es una enfermedad endémica de la humanidad. Es una catástrofe provocada por adultos, generalmente de edad media y de sexo hombre, en la que se envía a jóvenes a matar, violar y robar y que genera destrucción del tejido social, del sistema de salud, pobreza, desplazamiento de personas, refugiados y gran mortandad entre niños, mujeres, ancianos y entre los mismos jóvenes combatientes. (Ben Taleb 2014)
La guerra se asocia a disminución de la prevalencia y duración de la lactancia materna y aumento de uso de fórmula infantil, lo que implica graves riesgos para la salud infantil. Los lactantes en situaciones de catástrofe alimentados con fórmulas lacteas comerciales (FLC) tienen una alta mortalidad. (Rabbani 2020, Sumbele 2020, Diwakar 2019, MirMohamadaliIe 2019, Wagner 2019 y 2018, Habek 2016, Andersson 2010, Guerrero 2009, O'Connor 2001, Robertson 1995, Sapir 1993)
Las consecuencias de una guerra son especialmente graves para los niños y las mujeres, con mortalidad, disminución de la esperanza de vida, anemia, alteraciones nutricionales y del crecimiento, trastornos psicológicos, violencia sexual y mayor sufrimiento de las mujeres respecto a los hombres. (Sumbele 2020, Akseer 2020, Diwakar 2019, MirMohamadaliIe 2019, Wagner 2019, Guerrero 2009, Sapir 1993)
Aunque la falta de acceso a la FLC podría provocar un aumento de la lactancia materna como única opción (Diwakar 2019), se ha observado que los desplazamientos, la mala alimentación y el estrés que sufren las madres (Summers 2018), la separación, muerte o traumatismo grave de la madre (O'Connor 2001), la falta de promoción y apoyo a la lactancia materna por parte de las agencias de ayuda (Andersson 2010), la escasa preparación de los agentes de salud (Robertson 1995) y la distribución gratuita sistemática de FLC por organismos humanitarios internacionales y locales (Zakanj 2000) en áreas afectadas por la guerra son causas de la disminución de la prevalencia y duración de la lactancia materna. (Rabbani 2020)
Para mitigar los efectos del conflicto y mejorar la salud infantil, se necesita una acción humanitaria centrada en ayudar a las madres a afrontar el estrés relacionado con el conflicto y el desplazamiento mediante el apoyo a la salud mental materna y los programas de apoyo psicosocial. (Summers 2018)
La protección del derecho de la mujer a la lactancia materna en situaciones de emergencia se asocia con mejores resultados maternos y neonatales (MirMohamadaliIe 2019). La protección, la promoción y el apoyo a la lactancia materna deben incluirse en todos los planes de preparación para emergencias y en la formación del personal; los protocolos de emergencia deben incluir especialistas en lactancia materna entre el personal de ayuda de emergencia (ABM 2024). La lactancia materna ha permitido la supervivencia de bebés aún en las circunstancias más espantosas. (Eidelman 2013)
El apoyo especializado en lactancia materna para las madres afectadas por conflictos es una cuestión de máxima urgencia, tanto durante, como después de los períodos de conflicto, ya que puede proporcionar beneficios más sostenibles y con menos consecuencias no deseadas que la distribución de fórmula para lactantes. (Sumbele 2020, Diwakar 2019)
La lactancia materna es la forma más eficaz de proporcionar nutrientes adecuados y en perfectas condiciones, incluso en situaciones de emergencia en las que el estado nutricional de las madres se ve afectado (Nidzvetska 2017). Promover y apoyar la lactancia materna y limitar la distribución de FLC por parte de las agencias de ayuda internacional evita el aumento de la desnutrición que ocurre durante los conflictos armados. (Andersson 2010, IBFAN 2009, Robertson 1995, Moro 1995)
Los lactantes no amamantados constituyen un grupo de riesgo y hay que identificarlos; en su apoyo hay que considerar la posibilidad de volver a la lactancia materna (relactación), la lactancia por nodriza y la leche de donante. No deben aceptarse donaciones de FLC, biberones o tetinas, ni sacaleches en situaciones de emergencia sin que estén controlados el suministro, el almacenamiento, la preparación y la administración; deben reservarse exclusivamente para lactantes que no pueden ser amamantados. (ABM 2024)
Hay protocolos internacionales sobre la alimentación del lactante y del niño pequeño en emergencias. (CDC 2022, Save the Children 2020, IFE 2017)
En la guerra y las catástrofes naturales es preciso seguir los “Principios rectores para la alimentación de lactantes y niños pequeños durante las emergencias” de la OMS (WHO 2004):