Última actualización: 29 de Agosto de 2021
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Según la Academia de Nutrición y Dietética (Melina 2016) las dietas vegetarianas bien planificadas son saludables, nutricionalmente adecuadas y pueden proporcionar beneficios para la prevención y el tratamiento de varias enfermedades crónicas; son apropiadas para todas las etapas del ciclo de vida, incluyendo embarazo, lactancia e infancia y son sostenibles desde el punto de vista medioambiental.
Pero deben ser “adecuadamente planificadas” (Melina 2016) ya que puede haber dificultades para equilibrarlas si no se poseen experiencia y conocimientos sobre nutrición (Brzezińska 2016).
En la dieta vegana hay exclusión de carne, huevos, lácteos y, en ocasiones, miel. La leche de madres veganas contiene bajas concentraciones de Vitamina B12 (Specker 1990).
En la práctica están descritos desde hace años y en todo el mundo numerosos casos de anemia megaloblástica con afectación grave del desarrollo físico y neurológico (incluso con atrofia cerebral) en lactantes amamantados por madres veganas que no tomaban suplementos de vitamina B12 (Kocaoglu 2014, Guez 2012, Mariani 2009, Roed 2009, Erdeve 2009, Lücke 2007, Baatenburg 2006 y 2005, Codazzi 2005, Wagnon 2005, Reghu 2005, Roschitz 2005, Weiss 2004, CDC 2003, Fogarasi 2001, Smolka 2001, Renault 1999, Monfort 1993, Kühne 1991, Cheron 1989, Sklar 1986, Lacroix 1981).
También se han publicado casos de hipotiroidismo neonatal en lactantes de madres veganas (Borak 2005, Shaikh 2003).
Las mujeres vegetarianas, especialmente las veganas, necesitan, durante el embarazo y la lactancia, fuentes regulares y adecuadas de vitamina B12 (Melina 2016, Brzezińska 2016, Comité LM AEP 2012 p.7, Academy N&D 2010). Si son deficitarias, además de tratarlas a ellas hay que tratar con suplementos a sus hijos lactantes (CDC 2003).
Las dietas vegetarianas son muy ricas en fitatos (Schlemmer 2009). El exceso de fitatos y fibra dietética dificulta la absorción de minerales como hierro, zinc y calcio (Haase 2020, Lawrence 2016 p310).
Las madres lactantes vegetarianas deben evitar el exceso de fitatos y el salvado, vigilar la ingesta de proteínas, calcio y hierro, complementar con vitamina D y luz solar adecuada y vitaminas B12 y B2. Si la madre vegana no toma vitamina B12, el bebé debe ser suplementado (Lawrence 2016 p310).
Los lactantes y la leche de madres vegetarianas (y especialmente en las veganas) tienen niveles más bajos de ácido docosahexaenoico (DHA) y más altos de Linoléico y α-Linolénico que la de madres omnívoras (Melina 2016, Brzezińska 2016, Sanders 2009 y 1992), sin que hayan pruebas de efectos adversos en su salud o función cognitiva (Sanders 2009).
Hay mayor concentración de selenio en la leche de madres lacto-ovo-vegetarianas que en la de no vegetarianas (Debski 1989).
La concentración de taurina en plasma y leche de madres veganas fue discretamente inferior a la de las madres omnívoras (Rana 1986).
Los niveles más bajos de contaminantes organoclorados se encontraron en la leche de madres vegetarianas (Norén 1983).
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