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Los filtros solares químicos actúan absorbiendo las radiaciones UVA y UVB. Los más utilizados son benzofenonas 2 y 3 o Oxybenzona (BP-2, BP-3), derivados del ácido paraaminobenzoico (PABA), 3-4-metil-benzilideno alcanfor (3-4-MBC), octil-etoxicinamato (OMC), salicilatos, avobenzona, dietil ftalato homosalato (HMS), Octinoxate y enzacamene, entre otros. (CE 2009 annexo VI)
Los filtros solares químicos se absorben y depositan en la piel y alcanzan la circulación sistémica en cantidades apreciables. (Collina 2020, Frederiksen 2013, Jimenez 2013, Janjua 2008 y 2004, Varvaresou 2006, Benson 2005, Sarveiya 2004, Hayden 1997)
Varios de los filtros solares químicos, son demostrados disruptores endocrinos susceptibles de afectar al sistema génito-sexual y al eje hipotalamo-hipofisario-tiroideo del lactante. (Fiveson 2021, Jimenez 2013, Krause 2012)
En diversos estudios se han encontrado estos compuestos en la leche materna en cantidades variables, aunque muy inferiores a las dosis necesarias estudiadas con efecto disruptor endocrino. (Fiveson 2021, Anderson 2020, Molins 2018)
En cualquier caso, los efectos a largo plazo de una exposición crónica a los protectores químicos con efecto disruptor endocrino son desconocidos, por lo tanto durante la lactancia son preferibles los filtros solares físicos. (Anderson 2020, Molins 2018)
Los filtros solares físicos reflejan toda la radiación solar, actuando a modo de pantalla. Los más utilizados son el óxido de Zinc (ZnO), el dióxido de Titanio (TiO2) y los carbonatos de calcio o magnesio. (Collina 2020)
Los filtros físicos no se absorben (Derry 1983), en especial si no están formulados como nanopartículas y son pues, de elección durante la lactancia los no formulados con nanopartículas.
Los filtros solares, tanto químicos como físicos, son contaminantes ambientales del medio marino, con efectos nocivos demostrados sobre fitoplactón y corales. (Fivenson 2020, Raffa 2019, Di Nardo 2018, Sanchez 2014, CSIC 2014, Downs 2014, Tovar 2013, RTVE 2013, Soto 2013)
Los filtros solares nunca deben sustituir otras medidas más efectivas de protección como son el evitar exposiciones prolongadas o en horas de máxima radiación y el protegerse con ropa, sombrero, gafas y sombra.
Evitar usar sobre el pecho o limpiar bien antes de amamantar para impedir que el lactante absorba el producto (Chen 2010). Conviene evitar la aplicación sobre el pezón de cremas, geles y otros productos de aplicación tópica que contengan parafina (aceite mineral) para que el lactante no la absorba. (Concin 2008, Noti 2003)