Última actualización: 31 de Julio de 2018
Compatibilidad probable
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Lechuga de mar (Ulva rigida) también se conoce como Algas marinas. Esta es una lista de otros posibles nombres:
Lechuga de mar (Ulva rigida) en otros idiomas o escrituras:
Lechuga de mar (Ulva rigida) pertenece a la siguiente familia o grupo:
Principales marcas comerciales de diversos países que contienen Lechuga de mar (Ulva rigida) en su composición:
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e-lactancia es un recurso recomendado por Academy of Breastfeeding Medicine - 2015 de Estados Unidos
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Las algas son tradicionalmente una fuente importante de alimento en varios países, en especial asiáticos. Su consumo se ha extendido a otras regiones del mundo.
Contienen aminoácidos, ácidos grasos insaturados, ácido docosahexaenoico (DHA), omega 3, mucílagos, vitaminas y abundantes minerales y elementos traza esenciales, entre los que se encuentra el yodo en cantidad muy variable pero importante en algunas de ellas (CE 2018, Romarís 2012, Kikuchi 2008, Moon 1999), tanto que su consumo excesivo puede dar síntomas de hipertiroidismo: ansiedad, insomnio, taquicardia, palpitaciones (Leung 2012, Picco 2006, Salas 2002).
El consumo de algas aumenta los niveles de yodo en plasma, orina y leche de la madre (Moon 1999, Kim 1998).
Se han publicado casos de hipotiroidismo en lactantes de madres del Este asiático que incluyen en su dieta cantidades importante de algas marinas muy ricas en yodo como la Undaria Pinnatifdia, la Laminaria japonica u otras (Hulse 2012, Emder 2011, Rhee 2011, Nishiyama 2004).
La ingesta máxima diaria de yodo no debe exceder en los adultos los 600 microgramos (μg) al día y los 200 μg/día en niños menores de 3 años, esto es 0,6 y 0,2 mg de yodo respectivamente (CE 2018)
Hay que tener en cuenta que la biodisponibilidad del yodo contenido en las algas es muy baja, es decir que el yodo total que llega a la circulación plasmática después de haber sido cocinadas, digeridas y metabolizadas en el hígado es mucho menos del contenido en el alga. Por ejemplo (Romarís 2012):
• Spirulina (Spirulina platensis), Agar-agar (de Gelidiumm sesquipedale), Canned seaweed (cocinado de Himanthalia elongata y Saccorhiza polyschides), Nori (Porphyra umbilicalis), Lechuga de mar (Ulva rigida) y Dulse (Palmaria palmada): contienen menos de 100 μg/g de yodo de los que menos de 6 μg/g son biodisponibles
• Espagueti de mar (Himanthalia elongata): 120 μg/g de yodo, biodisponibles 4 μg/g
• Wakame (Undaria pinnatifida): 300 μg/g, biodisponibles 9 μg/g
• Sargasso NIES 09: 525 μg/g, biodisponibles 23 μg/g
• Kombu (Laminaria ochroleuca): 6.000 μg/g, biodisponibles 1.000 μg/g
Es aconsejable informarse de la composición de cada alga en particular y evitarlas o hacer un consumo muy moderado si la cantidad de yodo es importante: alga Kombu en especial, Sargasso y, en general, los productos desecados de algas que contengan más de 20 mg de yodo por kilo (20 μg/g) de materia seca.
Las algas pueden contener también metales pesados como el arsénico (Lynch 2014, Farré 2009), cadmio, yodo, plomo y mercurio (CE 2018, Romarís 2012).
FAO y OMS han establecido una Ingesta Semanal Tolerable Provisional (PTWI) para el Arsénico inorgánico en 15 μg/kg peso corporal (Farré 2009).
La forma más tóxica del arsénico es el inorgánico. La mayor parte de algas contienen la forma orgánica, salvo el alga parda Hiziki o Hijiki (Sargassum fusiforme, Hizikia fusiformis) que contiene concentraciones elevadísimas de arsénico inorgánico (80.000 μg/Kg) y se ha recomendado no consumirlo (EFSA 2014, Farré 2009). El resto de algas contienen de media 270 μg/Kg siendo las de mayor contenido el Wakame (Undaria spp.) con 280 y el Kombu (Laminaria spp.) con 350 μg/Kg (EFSA 2014).
No obstante, el arsénico es ubicuo y está presente en el agua y todos los alimentos que consumimos en cantidades que varían: 2 μg/L del agua, 5 μg/Kg en tomate, patata o manzana, 100-150 μg/Kg en el arroz, algunos champiñones, moluscos y tomillo y 260 μg/Kg en el jengibre.
Es de señalar que muchos productos dietéticos etiquetados como suplementos nutricionales a base de minerales, polen, algas, fibra, etc. Contienen más de 1.000 μg/Kg de arsénico (EFSA 2014).
Conviene consumir algas de origen conocido y fiable, con etiquetado correcto y de empresas productoras que cumplan todos los requisitos de la legislación vigente, en concreto con las recomendaciones de la Comisión Europea (CE 2018) en cuanto a la concentración de yodo y metales pesados, con análisis periódicos transmitidos a la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) con regularidad.
No consumir cantidades por encima de las indicadas por el fabricante, que oscilan entre los 3 y 6 gramos diarios.
Los niveles de ácido docosahexaenoico (DHA) en leche materna aumentaron cuando las madres consumieron un suplemento nutricional de algas (Jensen 2000).
Aunque en algunas culturas se utiliza como galactogogo, no hay pruebas de su eficacia para aumentar la producción de leche. El mejor galactogogo es una lactancia a demanda frecuente y con técnica correcta en una madre que conserve su autoconfianza (Mannion 2012, Forinash 2012, ABM 2011).
Los tratamientos externos con algas, sea en forma de masajes o envolturas corporales sobre la piel, suponen una nula o muy escasa absorción sistémica y son compatibles con la lactancia.
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