Última actualización: 4 de Mayo de 2021
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Muchas madres lactantes musulmanas ayunan (desde el amanecer hasta el ocaso) durante el mes de Rámadan (Khalife 2015, Kridli 2011), independientemente del país que habiten o su nivel de educación (Jessri 2013, Mubeen 2012, Rashid 2007, Agnew 1997, Prentice 1983).
Desde el punto de vista religioso, las madres embarazadas y en periodo de lactancia quedan exentas de la obligación de ayunar si, por diversas circunstancias, temen por la salud de ellas o de su bebé.
Pueden afectar la decisión de la madre: la edad del bebé, prematuridad y salud del bebé, exclusividad de la lactancia materna, salud y estado nutricional maternos, trabajo materno, otros hermanos pequeños para atender y según el mes de Ramadán ocurra en verano o invierno.
Para unos autores estarían exentas en cualquier situación (Khalife 2015, Mubeen 2012, Shaikh 2006, Agnew 1997), según otros, se les excusa si hay razones para creer que el ayuno puede causarles algún daño a ellas o a sus bebés (Rashid 2007, Shaikh 2006).
En cualquier caso el ayuno queda pospuesto para fecha posterior (Shaikh 2006, Agnew 1997).
Hay pocos trabajos que investiguen los posibles cambios en la leche materna y la seguridad e impacto en la lactancia debidos al ayuno de Ramadán (Bajaj 2012, Kridli 2011).
En condiciones de extremo calor (Gambia) se han encontrado cambios significativos en la composición de la leche (aumento de sodio y osmolaridad y disminución de lactosa) durante las horas de ayuno (Prentice 1984).
Se ha constatado disminución de algunos micronutrientes como zinc y magnesio (Rakicioğlu 2006).
Durante las horas de ayuno, las madres lactantes respecto a mujeres no lactantes, tienen un grado de deshidratación ligeramente superior (4,9% frente a 3,8%) pero en cualquier caso leve (Prentice 1984) y no sufren alteraciones metabólicas significativas clínicamente (Rakicioğlu 2006, Agnew 1997, Prentice 1984).
Una de cada cinco mujeres nota disminución de la producción de leche durante el ayuno de Ramadán y se ha observado mayor administración de suplementos a los bebés menores de seis meses (Bajaj 2012, Ertem 2001).
Los cambios en la composición de macronutrientes de la leche materna no son de transcendencia clínica importante y el crecimiento de los lactantes no se ve afectado (Allegaert 2020, ABA 2018, Rakicioğlu 2006, Agnew 1997).
En la madre no cambian tampoco los niveles de prolactina ni de otras hormonas implicadas o no en el proceso de reproducción (Cağlayan 2014, Prentice 1984, Prentice 1983). Las madres lactantes aumentan una media de 1 kg de peso tras el Ramadán sin que ello suponga cambios significativos en el índice de masa corporal (Rakicioğlu 2006).
Es prudente que las madres lactantes que opten por hacer el ayuno, beban abundantes líquidos y consuman alimentos nutritivos entre la cena y el alba para compensar las pérdidas diurnas, que eviten una actividad diurna excesiva y conozcan los signos de riesgo que justificarían, -desde la religión-, romper el ayuno, tales como fatiga extrema, mareos, náuseas o vómitos (Khalife 2015), vigilando su producción de leche (Bajaj 2012).
Algunos autores, médicos y pediatras, desaconsejan el ayuno a las madres lactantes (Rakicioğlu 2006) especialmente en caso de amamantar a bebés menores de 6 meses de forma exclusiva (Bajaj 2012).
(Para más información véase ABA 2018 y Paricio, Blog APILAM 2017).