Última actualización: 15 de Julio de 2017
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Hay una alta prevalencia de anemia nutricional en madres lactantes (Shashiraj 2006) que llega a ser del 47% en madres de bajo nivel socioeconómico (Bodnar 2001).
Durante la gestación y la lactancia hay una transferencia de hierro de madre a hijo que tiende a evitar tanto la infección mediada por hierro y el estrés oxidativo como el riesgo potencial de deficiencia de hierro materno e infantil (Miller 2016).
La anemia materna hay que prevenirla y tratarla, pero ni la enfermedad, ni su tratamiento contraindican la lactancia.
La pérdida de sangre durante el parto es un factor importante de anemia postparto (Chan2001). El embarazo durante la lactancia incrementa el riesgo de anemia (Shaaban 2015).
En cambio, la lactancia prolongada es un factor protector de anemia en las madres lactantes (Lakew 2015).
La anemia por carencia de hierro aumenta el riesgo de depresión postparto (Sheikh 2015) y es un factor de riesgo de abandono precoz de la lactancia (Rioux 2006), posiblemente por sensación (real o no) de leche insuficiente (Henly 1995).
Según algunos autores, hay correlación entre la hemoglobina materna y la del lactante amamantado de forma exclusiva en los primeros 6 meses de vida (Teixeira 2010, Marques 2016) por lo que es necesaria la prevención de la anemia preconcepcional, durante el embarazo y la lactancia (Teixeira 2010).
Cuando la anemia materna se asocia a lactancia prolongada hay más riesgo de anemia en el lactante en países en desarrollo (Meinzen 2006).
Pero otros trabajos demuestran que los niveles de hierro y lactoferrina en leche son independientes de los niveles de hierro y hemoglobina plasmáticos de la madre (Murray 1978, Shashiraj 2006) y que los lactantes con lactancia materna exclusiva tienen niveles de hierro plasmático normales independientemente del estado de hierro de la madre (Murray 1978).
Además, la administración de hierro a la madre lactante no tiene ningún efecto sobre los niveles séricos de hierro y ferritina de madres y lactantes (Baykan 2006, Breymann 2007) y puede tener un efecto negativo en los niveles de cobre de plasma y leche (Mello 2013).
La anemia perniciosa materna por falta de absorción de Vitamina B12 o por dietas deficitarias como la vegana (véase ficha), puede provocar anemia y síntomas físicos y o neurológicos graves en el lactante (Sklar 1986, Weiss 2004, Lücke 2007).
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