Última actualización: 25 de Noviembre de 2024
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Mastectomía por cáncer también se conoce como Cáncer materno, neoplasia materna. Esta es una lista de otros posibles nombres:
Mastectomía por cáncer pertenece a la siguiente familia o grupo:
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La lactancia materna, en especial la lactancia materna exclusiva y/o de larga duración, reduce el riesgo de cáncer de mama, de ovario, de endometrio y colo-rectal en las mujeres. (Amitay 2022, Bothou 2022, Stordal 2022, Qiu 2022, Hoyt 2020, Walters 2019, Westerfield 2018, Ma 2018, Anstey 2017, Unar 2017, Zhou 2015, Zhan 2015, CGHF-Lancet 2002)
La lactancia materna disminuye el riesgo de leucemia infantil, de neuroblastoma y de cáncer del sistema urinario en el lactante. (Gong 2022, Su 2021, Amitay 2015)
Durante el tratamiento del cáncer hay que interrumpir la lactancia debido a los efectos secundarios potencialmente graves para el lactante. Los tratamientos y procedimientos diagnósticos (antimetabolitos, inhibidores hormonales, radioisótopos) de las enfermedades neoproliferativas contraindican la lactancia mientras están siendo administrados y hasta un tiempo variable después (consúltese la ficha de cada tratamiento específico). Los marcadores utilizados para la biopsia del ganglio linfático centinela (linfogammagrafía) pueden requerir una interrupción de la lactancia de hasta 24 horas; durante este tiempo, la leche debe extraerse y desecharse para mantener la producción de leche. (Johnson 2020)
Un destete abrupto puede ser psicológicamente traumático tanto para la madre como para el lactante (Pistilli 2013). Si la madre lo desea, la producción de leche puede mantenerse mediante extracción regular del pecho, pudiendo recuperar la lactancia entre ciclos, en los periodos en que no quedan trazas significativas del fármaco en la leche (Damoiseaux 2022, Anderson 2016), o al finalizar el tratamiento. (Pistilli 2013)
Se sabe por Farmacocinética que pasadas 3 semividas de eliminación (T½) se elimina del organismo el 87,5% del fármaco; tras 4 T½ el 94%, tras 5 T½ el 96,9%, tras 6 T½ el 98.4% y tras 7 T½ el 99%. A partir de 7 T½ las concentraciones plasmáticas de fármaco en el organismo son despreciables. En general, un período de al menos cinco vidas medias puede considerarse un período de espera seguro para volver a amamantar (Anderson 2016). Cuando sea posible hacerlo, las detecciones en leche de cada paciente para determinar la eliminación total del fármaco serían el mejor indicador para reanudar la lactancia entre dos ciclos de quimioterapia.
Tras el tratamiento, la lactancia es posible (Johnson 2019). Algunos quimioterápicos con efecto antibiótico pueden alterar la composición de la microbiota (conjunto de bacterias o flora bacteriana) de la leche y la concentración de alguno de sus componentes (Urbaniak 2014). Posiblemente esto ocurre de forma transitoria con recuperación posterior, sin que por ello se supongan ni se hayan publicado efectos perjudiciales en lactantes amamantados.
Las mujeres en tratamiento quimioterápico durante el embarazo tienen menores tasas de lactancia por experimentar dificultades para amamantar o tener producción reducida de leche materna (Johnson 2020, Stopenski 2017), necesitando más apoyo para conseguirlo.
Dada la fuerza de la evidencia que existe sobre los beneficios de la lactancia materna para el desarrollo de los bebés y la salud de las madres, conviene evaluar el riesgo-beneficio de cualquier tratamiento materno, incluida la quimioterapia, asesorando individualmente a cada madre que desee seguir con la lactancia. (Koren 2013)
En el CÁNCER de MAMA, cuando ya no exista tumor residual se puede amamantar, tanto con el pecho sano como con el pecho enfermo (Bhurosy 2021, Johnson 2020, Peccatori 2020, Linkeviciute 2020, Cardoso 2012, Gorman 2009) si ha habido tratamiento conservador, aunque según la cirugía o la radioterapia empleada, este último puede producir menos leche (Johnson 2020), siendo siempre posible una lactancia exitosa con un solo pecho.
Alrededor de un 50% de mujeres cuyo pecho fue irradiado consiguen tener leche en ese pecho y sólo una de cada cuatro logran amamantar del mismo (Leal 2013, Higgins 1994). Puede ser necesaria la extracción manual o mecánica de leche y la suplementación con fórmula. El pecho irradiado produce menos cantidad de leche, pero es nutricionalmente adecuada aunque el lactante puede rechazarla por tener más contenido de sodio que la del otro pecho. (Leal 2013, Guix 2000, Green 1989)
La mastectomía radical y la total impedirán la lactancia en el futuro por no haber conservación de tejido mamario ni de pezón. Sólo en la parcial subcutánea con parte de tejido mamario conservado se puede plantear la lactancia. Amamantar tras un cáncer de pecho no entraña ningún peligro para la madre ni para el hijo, sea del pecho sano, como del que resultó afectado. (Cardoso 2012, de Bree 2010, Azim 2010 y 2009, Hickey 2009, Bercovich 2009)
La madre precisará información adecuada y más ayuda y apoyo profesional y familiar. La lactancia se encuentra más dificultada al ser con frecuencia de un sólo pecho y haber mucha carga emocional y física y frustración si no se consigue lactancia materna exclusiva. Puede leer el testimonio personal de una madre en E.D.- LactApp.
Prestigiosas sociedades médicas y de Oncología apoyan a las madres que desean lactar tras tan terrible experiencia (Johnson 2020, Cardoso 2012, Camune 2007). Las madres lactantes diagnosticadas de cáncer de mama que desean amamantar durante esa lactancia o una vez curadas o en la siguiente son una población vulnerable que requiere el apoyo clínico de equipos multidisciplinarios oncológicos y de expertos en lactancia. (Bhurosy 2021, Linkeviciute 2020, Johnson 2019)
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