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El manganeso es un oligoelemento esencial. Las necesidades diarias de manganeso son de 2,6 mg para las mujeres en periodo de lactancia. Muchos alimentos contienen manganeso: mariscos, cereales integrales, nueces, semillas, legumbres, verduras (espinaca), frutas (piña, arándanos), té... (NIH 2022). El sulfato y el cloruro de manganeso se usan en nutrición parenteral para la profilaxis y tratamiento de estados carenciales.
A fecha de la última actualización no encontramos datos publicados sobre su excreción en leche materna.
El manganeso se encuentra en la leche materna, en mayor concentración en el calostro, 218 nmol/L, y en la leche de los primeros días, 67 nmol/L, que posteriormente, 36 nmol/L. (Arnaud 1995, Casey 1989 y 1985)
El manganeso en el agua de bebida se correlaciona con las concentraciones en la orina, pero no con las concentraciones en la sangre o la leche materna. La exposición materna elevada al manganeso no conduce necesariamente a la exposición de los bebés amamantados, lo que destaca la importancia de la lactancia materna en áreas con alto contenido de manganeso (Ljung2009). Un autor encontró una correlación positiva significativa entre la ingesta materna de manganeso y el contenido de manganeso en la leche materna. (Vuori 1980)
La deficiencia de manganeso es muy rara. Un exceso de manganeso por ingestión en la dieta o por inhalación profesional (minería, soldadura) puede dar síntomas de neurotoxicidad. (NIH 2022, Martins 2021, Erikson 2019 y 2007, Chen 2018, O'Neal 2015)
Un consumo moderado de manganeso sin sobrepasar los requerimentos diarios es compatible con la lactancia.