Última actualización: 17 de Julio de 2023
Compatible
Las recomendaciones de e-lactancia las realiza el equipo de profesionales de la salud de APILAM y están basadas en publicaciones científicas recientes. Estas recomendaciones no pretenden reemplazar la relación con su médico, sino complementarla. La industria farmacéutica contraindica la lactancia, de forma equivocada y sin razones científicas, en la mayor parte de prospectos y fichas de medicamentos.
Tu aportación es fundamental para que este servicio siga existiendo. Necesitamos la generosidad de personas como tú que creen en las bondades de la lactancia materna.
Gracias por ayudar a seguir salvando lactancias.
Mastitis de la lactancia también se conoce como Mastitis materna. Esta es una lista de otros posibles nombres:
Mastitis de la lactancia pertenece a la siguiente familia o grupo:
Escríbenos a elactancia.org@gmail.com
e-lactancia es un recurso recomendado por Academy of Breastfeeding Medicine - 2021 de Estados Unidos
¿Quieres recomendar el uso de e-lactancia? Escríbenos al correo corporativo de APILAM
La mastitis es un inflamación de la mama que, mal tratada, puede acabar infectándose. Cuando hay infección, el germen más frecuentemente implicado es el Staphylococcus aureus, estafilococo dorado. (Cullinane 2022, Paricio 2017, Amir 2016, Espinola 2016, Baeza 2015, Amir 2014, Spencer 2008)
Estafilococos coagulasa negativos (ECN) como el S.epidermidis no se asocian a mastitis. (Cullinane 2022). No hay tampoco pruebas de que los biofilms bacterianos sean causa de obstrucción de conductos y mastitis. (Douglas 2022). Se precisan estudios para determinar el papel etiológico de la Candida albicans, que parece minoritario. (Amir 2014, Hanna 2011, Carmichael 2002, Brent 2001)
Pezón dañado, tomas infrecuentes, horario y duración de tomas programados, lactancia mixta y agarre deficiente son factores de riesgo para la mastitis. (Wilson 2020, Amir 2014)
Su tratamiento precisa reposo materno, un vaciado frecuente del pecho, antiinflamatorios y, si no mejora, antibióticos activos contra el estafilococo áureo. (Paricio 2017, Espinola 2016, Amir 2014, Cabou 2011, Spencer 2008). Es preciso realizar ensayos clínicos aleatorizados (ECAs) doble ciego de alta calidad para determinar el uso de antibióticos en la mastitis. (Jahanfar 2013)
No hay problema en que el lactante mame del pecho inflamado (Amir 2014, Lawrence 2013, OMS 2000). La mastitis requiere un buen vaciado del pecho y quien mejor lo vacía es el lactante. Se resuelve mejor con lactancia continuada durante la terapia antibiótica. La leche puede estar más salada y el lactante rechazarla; en ese caso conviene extraerla manual o mecánicamente.
Los antiinflamatorios y antibióticos utilizados para tratar la mastitis son compatibles con la lactancia.
El cultivo de leche materna solo está indicado si (Paricio 2017, Espínola 2016, Amir 2014):
A fecha de última revisión no hay pruebas científicas válidas de que el uso de probióticos sea eficaz para tratar mastitis o dolor mamario en las mujeres (WHO 2022, Crepinsek 2020, Barker 2020, Paricio 2017, Espínola 2016, Amir 2016, Baeza 2015, Amir 2014). Su uso indiscriminado puede retrasar otros tratamientos y ser oneroso económicamente (WHO 2022, Amir 2016). Faltan pruebas de que administrados oralmente puedan llegar a la leche. (Elias 2011)
El uso de probióticos pretendidamente preventivo durante el embarazo se asoció a un riesgo mayor de mastitis y otras complicaciones de la lactancia durante el primer mes de lactancia. (Karlsson 2019)
Solo en el raro caso de mastitis tuberculosa están contraindicadas tanto la lactancia directa como la administración de leche extraída. (Red Book 2021-24 p.110)
Estreptococo agalactiae del Grupo B (EGB) en leche materna (Nicolini 2018, Zimmermann 2017, Filleron 2014, Davanzo 2013, Kotiw 2003, Rench 1989):
En la leche materna de mujeres sanas, sin mastitis puede aislarse EGB.
La patogenia de la infección por EGB (sépsis-meningitis) de aparición tardía y/o recurrente en el lactante y su relación con la aparición de EGB en la leche materna no está clara. Varios autores propugnan un mecanismo retrógrado y circular de la infección: EGB de la mucosa bucal del lactante infectado tardíamente (por contaminación durante el parto o por contagio posterior con otras fuentes ajenas o no a la madre) colonizarían la leche y el tejido mamario, provocando un aumento de colonias de EGB en leche materna y posibilitando la aparición de infección recurrente por EGB en el lactante y un mayor riesgo de aparición de mastitis.
Está indicado el cultivo de leche en caso de infección tardía o recurrente por EGB en un lactante y tratar o no a madres asintomáticas según la carga bacteriana de EGB encontrada. Suspender la lactancia podría favorecer la aparición de mastitis o de complicaciones como el absceso.
La suspensión de la lactancia solo estaría indicada en caso de prematuros de alto riesgo ingresados en UCI y en caso de infección recurrente del lactante; hasta que los cultivos de leche fueran negativos para EGB se podría alimentar con leche materna pasteurizada. (Davanzo 2013)
Puede consultar abajo la información de estos productos relacionados: