Última actualización: 19 de Julio de 2024
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Hachís, Hashish, Hash, Kif también se conoce como Cánnabis. Esta es una lista de otros posibles nombres:
Hachís, Hashish, Hash, Kif en otros idiomas o escrituras:
Hachís, Hashish, Hash, Kif pertenece a las siguientes familias o grupos:
Principales marcas comerciales de diversos países que contienen Hachís, Hashish, Hash, Kif en su composición:
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El cáñamo (Cannabis sativa), es una planta rica en cannabinoides, siendo el principal el Δ9-TetraHidroCannabinol (THC) con propiedades psicotrópicas. Otros cannabinoides, carentes de actividad psicoactiva son cannabidiol (CBD), cannabigerol, cannabinol y Δ8-tetrahidrocannabinol (ElSohly 2017). Contiene también numerosos flavonoides, fitoesteroles, vitaminas, ácidos grasos, aminoácidos, proteínas, enzimas, azúcares, alcaloides y aceite esencial, entre otros. El consumo de los diversos preparados de cannabis puede ser por vía oral, inhalado por vaporización, tópico o en supositorios por vía rectal.
El aceite de cannabis es una sustancia resinosa extraída de la planta Cannabis (sativa o indica). Contiene los principales cannabinoides de la planta, entre ellos el THC y el CBD. Según el método de extracción o fabricación del aceite de cannabis, este puede contener más o menos cantidad de THC. Hay comercializados varios medicamentos a base de CBD que contienen cantidades variables de THC, para el tratamiento de vómitos durante tratamientos anticancerosos y para tratar el dolor, espasticidad o epilepsia en determinadas enfermedades. La proporción de THC en los diversos productos derivados de la marihuana se ha ido incrementando progresivamente a lo largo de los últimos años. (Metz 2015)
El Delta-9-TetraHidroCanabinol (THC) es altamente lipofílico, se acumula en tejidos grasos como el cerebro (Ryan 2018) y alcanza en la leche materna hasta 8,4 veces la concentración plasmática (Pérez 1982).
EL THC se excreta en leche materna en pequeña cantidad, pero que podría ser significativa (DR hasta 8,7%) al tratarse de una droga psicotrópica; el CBD se excreta en muy pequeña cantidad. (Moss 2021, Bertrand 2018, Baker 2018, Marchei 2011)
Aunque se han descrito tiempo medios (T1/2) de eliminación plasmática de entre 25 y 57 horas (Hale), un trabajo reciente estimó en 11,5 horas el T1/2 en leche materna. El pico de concentración (Tmax) en leche materna fue de entre 0,5 y 2 horas. (Holdsworth 2024)
El THC se detecta en leche materna hasta 3 a 6 semanas tras el último consumo (Wymore 2021 y 2018). Se ha encontrado THC en cantidad muy superior a la esperada en heces de lactantes cuyas madres fumaban marihuana, lo que sugiere absorción y metabolización posterior: la marihuana se excreta principalmente por heces. (Pérez 1982)
Un lactante de 6 meses amamantado exclusivamente por una madre consumidora crónica de cannabis se hospitalizó por traumatismo craneoencefálico accidental y somnolencia excesiva. Tenía valores altos de THC en sangre y orina hasta 36 horas después del ingreso. (Mabey 2022)
Un lactante de 5 semanas presentó episodios de apnea recurrentes y una prueba de detección de delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) en orina positiva. La madre consumía cannabis regularmente para el tratamiento de la depresión y la ansiedad durante el embarazo y la lactancia. (Kaplan 2024)
El consumo de cánnabis puede disminuir la producción de leche y alterar levemente la composición de macronutrientes (más lactosa y proteínas). (Josan 2023)
Los cannabinoides, principalmente THC, pueden interrumpir el crecimiento axonal normal en cerebros en desarrollo (Tortoriello 2014). El sistema endocannabinoide del organismo tiene un papel clave en el desarrollo del cerebro durante el embarazo, la lactancia y durante la adolescencia y se ve afectado por el aporte externo de THC, por lo que es preocupante la exposición a THC durante el embarazo y la lactancia, ya que puede provocar cambios epigenéticos en el desarrollo cerebral. (Henschke 2019, Sachs 2013, Campolongo 2009, Fernández 2004)
Hay pocos estudios acerca de los efectos del consumo materno de cannabis en los lactantes amamantados y es difícil separarlos del consumo durante el embarazo:
El consumo materno de cannabis durante la gestación se relaciona con menores peso y perímetro cefálico al nacimiento (El Marroun 2009, Fergusson 2002, Fried 1999). El consumo paterno de marihuana se asoció a mayor riesgo de muerte súbita del lactante. (Klonoff 2001)
El consumo de cannabis se asocia a incremento de los niveles de cortisol y a disminución de los niveles de prolactina ( Ranganathan 2009, D'Souza 2008, Mendelson 1985); otros autores no han encontrado alteraciones hormonales (Block 1991).
El consumo de cannabis se asocia a menor duración de la lactancia (Crume 2018. Ko 2018), a mayor consumo de tabaco y a depresión postparto (Ko 2018). La alteración del juicio y la conducta y la mayor frecuencia de alteraciones mentales, incluida psicosis (Starzer 2018, Vallersnes 2016, Volkow 2014, Moore 2007) que produce el consumo de cannabis puede interferir con la capacidad materna de cuidados adecuados. (Colorado DPHE 2017, Lawrence 2016 p604, Jansson 2015, ABM 2015, Jaques 2014, D'Souza 2008)
Diversas sociedades médicas, expertos y consensos de expertos consideran contraindicado el uso de cannabis, tanto de modo recreativo como medicinal, durante el embarazo y la lactancia. (Hale, Wallman 2021, Adashi 2019, van den Elsen 2019, Thompson 2019, Ryan 2018, Jansson 2018, Krening 2018, Metz 2018 y 2015, Committee Obs-Gyn 2017, Jansson 2015, Briggs 2015, Warner 2014, Rowe 2013, Garry 2009, Schaefer 2007)
Otros autores, dados los riesgos de la alimentación con fórmula y la falta de datos precisos sobre los efectos del cannabis en la lactancia, optan por aconsejar a madres que no renuncian al consumo, que sigan amamantando reduciendo al máximo el consumo de cannabis, evitando consumir en la misma habitación y monitorizando los posibles efectos en los lactantes. (Anderson 2017, ABM 2015, Djulus 2005)
Hasta conocer más datos publicados en relación con la lactancia sobre los productos de cánnabis de uso medicinal, son preferibles alternativas farmacológicas conocidas más seguras.
Se debe prevenir a las madres que amamantan de los posibles efectos negativos del THC en el desarrollo cerebral y neuroconductual de su bebés a corto y largo plazo, aconsejándoles que eliminen el consumo de marihuana en cualquiera de sus formas durante la lactancia. (Wallman 2021)
No se recomienda compartir cama con el bebé si se está consumiendo esta droga debido a riesgo incrementado de asfixia o muerte súbita del lactante. (UNICEF 2018, 2017, 2014 y 2013, Landa 2012, ABM 2008, UNICEF 2006).
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