Última actualización: 24 de Marzo de 2019
Incompatible
No disponemos de alternativas para 4-Bis(2-chloroethyl)amino-l-phenylalanine.
Las recomendaciones de e-lactancia las realiza el equipo de profesionales de la salud de APILAM y están basadas en publicaciones científicas recientes. Estas recomendaciones no pretenden reemplazar la relación con su médico, sino complementarla. La industria farmacéutica contraindica la lactancia, de forma equivocada y sin razones científicas, en la mayor parte de prospectos y fichas de medicamentos.
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4-Bis(2-chloroethyl)amino-l-phenylalanine es Melfalan en Chemical name.
Así se escribe en otros idiomas:4-Bis(2-chloroethyl)amino-l-phenylalanine también se conoce como
4-Bis(2-chloroethyl)amino-l-phenylalanine pertenece a la siguiente familia o grupo:
Principales marcas comerciales de diversos países que contienen 4-Bis(2-chloroethyl)amino-l-phenylalanine en su composición:
Variable | Valor | Unidad |
---|---|---|
Biodisp. oral | 56 (25 - 93) | % |
Peso Molecular | 305 | daltons |
Unión proteínas | 50 -90 | % |
Vd | 0,5 | l/Kg |
T½ | 1,5 - 3 | horas |
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e-lactancia es un recurso recomendado por Academy of Breastfeeding Medicine - 2021 de Estados Unidos
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Agente alquilante perteneciente al grupo de las mostazas nitrogenadas. Es usado en el tratamiento de los mielomas múltiples, en carcinomas de ovario o pecho, neuroblastomas, sarcomas y enfermedad de Hodgkin.
Administración oral o intravenosa o en perfusión arterial regional (quimioterapia regional) en pautas muy variadas, varias de ellas cada 4 semanas.
A fecha de última actualización no encontramos datos publicados sobre su excreción en leche materna.
Se sabe por Farmacocinética que pasadas 3 semividas de eliminación (T½) se elimina del organismo el 87,5% del fármaco; tras 4 T½ el 94%, tras 5 T½ el 96,9%, tras 6 T½ el 98.4% y tras 7 T½ el 99%. A partir de 7 T½ las concentraciones plasmáticas de fármaco en el organismo son despreciables. En general, un período de al menos cinco vidas medias puede considerarse un período de espera seguro para volver a amamantar (Anderson 2016).
Tomando como referencia el T½ publicado más largo de todos los metabolitos activos, estos 5 T½ corresponderían a 15 horas. Debido a los importantes afectos adversos, sería recomendable esperar 7 T½ que corresponderían a 21 horas. Mientras, extraer y desechar la leche del pecho regularmente.
Algunos autores recomiendan esperar 24 horas (9.6 T½) tras la última dosis para reiniciar la lactancia. (Hale 2017 p 602), y otros solamente 8 horas (Schaefer 2007 p 743).
Probablemente estos tiempos puedan reducirse en algunos casos de terapia arterial regional.
Cuando sea posible hacerlo, las detecciones en leche de cada paciente para determinar la eliminación total del fármaco serían el mejor indicador para reanudar la lactancia entre dos ciclos de quimioterapia.
Durante el tratamiento del cáncer hay que interrumpir la lactancia debido a los efectos secundarios potencialmente graves para el lactante. La quimioterapia no afecta la producción de leche ni durante el tratamiento ni posteriormente. Un destete abrupto puede ser psicológicamente traumático tanto para la madre como para el lactante (Pistilli 2013). Si la madre lo desea, la producción de leche puede mantenerse mediante extracción regular del pecho, pudiendo recuperar la lactancia en los periodos en que en la leche no quedan trazas significativas del fármaco (Anderson 2016) o al finalizar el tratamiento (Pistilli 2013).
Algunos quimioterápicos con efecto antibiótico pueden alterar la composición de la microbiota (conjunto de bacterias o flora bacteriana) de la leche y la concentración de alguno de sus componentes (Urbaniak 2014). Posiblemente esto ocurre de forma transitoria con recuperación posterior, sin que por ello se supongan ni se hayan publicado efectos perjudiciales en lactantes amamantados.
Las mujeres en tratamiento quimioterápico durante el embarazo tienen menores tasas de lactancia por experimentar dificultades para amamantar (Stopenski 2017), necesitando más apoyo para conseguirlo.
Dada la fuerte evidencia que existe sobre los beneficios de la lactancia materna para el desarrollo de los bebés y la salud de las madres, conviene evaluar el riesgo-beneficio de cualquier tratamiento materno, incluida la quimioterapia, asesorando individualmente a cada madre que desee seguir con la lactancia (Koren 2013).