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Los productos cosméticos adelgazantes, drenantes, reductores o antocelulitus, son productos con pretendidas propiedades adelgazantes y anticelulíticas del tejido celular subcutáneo por aplicación local, directa, sobre la piel en forma de crema, gel, pomada, loción o parche. Su publicidad afirma que actúan drenando las células adiposas, impidiendo que se carguen de grasas y estimulando la metabolización de las mismas haciéndolas desaparecer del organismo.
La gran variedad de sustancias que entran en su composición, algunas tóxicos por ingestión, obliga a no aplicar ni en pecho ni en lugares de contacto con el lactante y lavarse bien las manos tras su aplicación. A evitar las que contienen fucus por el alto contenido de Yodo.
Conviene además evitar la aplicación sobre el pezón de cremas, geles y otros producto de aplicación local que contengan parafina (aceite mineral) para que el lactante no lo absorba. (Concin 2008 , Noti 2003)
Están compuestos por numerosas sustancias como vitaminas A (retinol) , B, C, D, E, elastina, colágeno, ácidos hialurónico, cítrico, málico y glicólico, glicerina, ácido salicílico, jalea real, liposomas, extractos de plantas como aloe vera, ginseng, hiedra, centella asiática, castaño de indias (escina), ginkgo biloba, cupalina (guaraná), ruscus aculeatus (ruscogenina) y té verde, pudiendo llevar también cafeína y algas como el fucus vesiculoso con alto contenido en yodo. (Juhász 2014)
Se han encontrado en estos productos trazas de antimonio, arsénico, cadmio, cobalto, cromo, mercurio, niquel y plomo y otros aditivos como dioxanos, fenoles, formaldehido, parabenos y ftalatos, todos ellos con potencial toxicidad y efectos secundarios. (Al-Halaseh 2022, Bilal 2019, Hepp 2014, Marinovich 2014)
Los productos cosméticos constituyen, por encima de los hábitos dietéticos, la mayor fuente de contaminación por hidorcarburos saturadoas de aceite mineral (parafina) en tejido graso y leche materna. (Frederiksen 2013, Concin 2011)
No hay pruebas documentadas de la eficacia de estos productos ni a corto ni a largo plazo y varios trabajos científicos la ponen en duda. (Hexsel 2011, Newburger 2009, Draelos 2009)