Última actualización: 8 de Agosto de 2017
Riesgo bajo
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Tirotoxicosis materna también se conoce como Hipertiroidismo materno. Esta es una lista de otros posibles nombres:
Tirotoxicosis materna pertenece a la siguiente familia o grupo:
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El hipertiroidismo ocurre en 1 a 2 de cada 1.000 embarazos (Inoue 2009) siendo la enfermedad de Graves la causa más frecuente (85%: Marx 2008).
Con frecuencia mejora en el tercer trimestre del embarazo permitiendo reducir o suprimir la medicación y suele agudizarse tras el parto, requiriendo reinstaurar o reforzar el tratamiento, que es seguro para el lactante tanto si se continua desde la gestación o se instaura durante la lactancia y no precisa monitorizar la función tiroidea del lactante, basta controlar el adecuado desarrollo físico y psicomotor (Alexander 2017, Inoue 2009, Marx 2008, Mandel 2001).
No hay datos que avalen que el hipertiroidismo puede afectar la producción de leche o la lactancia en general (Alexander 2017).
La tiroiditis postparto, con sus fases clínicas de hiper e hipotiroidismo, es una inflamación de causa autoinmune que ocurre en el primer año tras el parto, con una incidencia del 3 a 16% (Serrano 2014, Muller 2001). No hay datos para recomendar un cribado universal pero sí en mujeres con diabetes mellitus tipo 1 o depresión asociada (Abalovich 2007).
Hay controversia sobre su asociación con hiperprolactinemia (Sanjari 2016, Onal 2014).
Anticuerpos anti-receptores de TSH (TRAb) se pueden encontrar en leche de madres tratadas de tirotoxicosis los dos primeros meses, pudiendo causar enfermedad tiroidea transitoria en el lactante (Törnhage 2006), generalmente hipertiroidismo que puede precisar tratamiento (Azizi 2011).
Durante el embarazo y la lactancia las necesidades de yodo están incrementadas, siendo de unos 250 microgramos (μ) diarios y sin sobrepasar los 500 μ diarios (Alexander 2017, Serrano 2014, Stagnaro 2011, Abalovich 2007). En zonas con deficiencia grave de yodo y sin uso de sal yodada, la administración postparto de una dosis única oral de 400 mg de aceite yodado asegura una adecuada cantidad de yodo en leche materna durante 6 meses (Bouhouch 2014).
Hay consenso generalizado entre sociedades especializadas en dar tratamiento sin interrumpir la lactancia (Alexander 2017, Poppe 2012, Lazarus 2012, Mestman 2012). Conviene administrar la medicación inmediatamente tras una toma de pecho (Hudzik 2016).
Propiltiouracilo a dosis incluso de 750 mg diarios no altera la función tiroidea ni el normal desarrollo del lactante (Inoue 2009, Glatstein 2009, Marx 2008, Azizi 2006, Bartalena 2005, Momotani 2000 and 1989, Cooper 1987, McDougall 1986, Kampmann 1980). Otros autores limitan la dosis segura a 300 - 450 mg/diarios (Alexander 2017, Stagnaro 2011, Mandel 2001).
Metimazol a dosis de hasta 20 - 30 mg diarios no altera la función tiroidea del lactante ni el desarrollo psicomotor (Alexander 2017, Serrano 2014, Stagnaro 2011, Inoue 2009, Glatstein 2009, Marx 2008, Azizi 2006, 2003, 2002, 2000 and 1996, Bartalena 2005, Cooper 1987).
Dado el riesgo de toxicidad hepática del propiltiouracilo, el metimazol se considera tratamiento de preferencia para el hipertiroidismo, en especial durante la lactancia (Hudzik 2016, Serrano 2014, Karras 2012, 2010 and 2009, Azizi 2011).
Carbimazol 50 mg semanales tampoco altera la función tiroidea ni el desarrollo normal del lactante (Bartalena 2005, Verd 1998).
La radioactividad del Yodo 131 se concentra en la leche materna y su larga vida media obliga a interrumpir la lactancia tanto en dosis de diagnóstico como de tratamiento (Alexander 2017, Prunty 2016, Serrano 2014, Am.Thyr.Ass 2011, Stagnaro 2011, Abalovich 2007, Azizi 2006, Dydek 1988) pudiendo medir semanalmente la radioactividad en muestras de leche para poder reanudarla (Saenz 2000).
Si se requiere, con fines de diagnóstico o control se puede emplear Yodo 123 de vida media de 13 horas, suspendiendo la lactancia unos 4 días o Tecnecio 99m que solo requiere interrupción de 1 día.
Los betabloqueantes son necesarios para controlar el estado de tirotoxicosis; el propranolol o el metoprolol a la dosis mínima suficiente son compatibles con la lactancia (Alexander 2017).
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